viernes, 15 de febrero de 2008

Oda a mis anteojos

Amo mis anteojos

no porque parezcan de aviador
si no que siempre me acompañan,
están conmigo mientras camino
leo y escribo.

Que sería yo sin ellos en mis ratos de espionaje
mientras corro, mientras me escondo
y son ellos los que me avisan
de algún modo o a su modo.

Ellos me lo dijeron todo
no solo me tocaron o las tocó mi mano
si no que acompañaron de tal modo mi existencia
que conmigo existieron
y fueron para mi tan existentes
que vivieron conmigo media vida
y morirán conmigo media muerte.

Solo quiero que el día de mi muerte
me entierren con mis lentes.


1 comentario:

Jorge dijo...

Sobre todo q te ha permitido ver...

aunq no necesariamente conocer